La ola de calor en Aragón está dejando cifras devastadoras. En lo que va de verano, la comunidad autónoma ha registrado 49 muertes relacionadas con el calor extremo, según los datos del Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo), del Instituto de Salud Carlos III. La mayoría de los fallecimientos se concentraron en julio, el mes más mortífero del verano hasta ahora.
Julio, el mes más letal por calor en Aragón
De los 49 fallecimientos totales, 34 se han producido en julio (hasta el día 22), lo que supone un aumento significativo respecto al mismo periodo del año pasado, cuando se notificaron 23 muertes. En junio, durante la primera ola de calor del año, se contabilizaron 15 víctimas, entre ellas un trabajador agrícola fallecido por golpe de calor.
Los días más críticos se vivieron durante la primera semana de julio, con temperaturas que rozaron los 42 ºC en municipios como Fraga, Quinto y Caspe. Solo en esos días se notificaron 22 muertes, una media de tres al día.
Una tregua breve y un nuevo repunte de calor
Tras ese pico, del 10 al 17 de julio se produjo un respiro térmico con descenso de temperaturas y lluvias intensas, especialmente en zonas como Tarazona y la Ribera Baja del Ebro, que estuvo en alerta roja por precipitaciones. Sin embargo, el calor volvió con fuerza a partir del día 17, provocando cinco muertes más en apenas cinco días.
El Ministerio de Sanidad reactivó el nivel de riesgo alto en varias comarcas de Huesca, y riesgo medio en el Pirineo y la Ribera del Ebro, debido a un nuevo episodio de calor prolongado.
Personas mayores, las más vulnerables
El grupo más afectado ha sido el de mayores de 85 años: 25 de las 34 víctimas de julio pertenecían a esta franja de edad. También se han registrado muertes entre personas de 75 a 84 años (5 casos) y de 45 a 74 años, lo que refleja la vulnerabilidad de los adultos mayores ante fenómenos climáticos extremos.
Temperaturas en descenso, pero el impacto persiste
Aunque en los últimos días las temperaturas han bajado ligeramente —de máximas superiores a 40 ºC a unos 32,7 ºC—, los expertos advierten que la acumulación de calor prolongado tiene efectos devastadores en la salud, especialmente entre personas mayores o con enfermedades crónicas.